Para los que no conozcan a Ben 10, la historia gira en torno a un jovencito de diez años que descubrió por casualidad un reloj con poderes. Una vez colocado en su muñeca, le permite tomar la apariencia y capacidades de diez extraterrestres diferentes durante un corto intervalo de tiempo. Gracias a este poder es capaz de luchar contra misteriosos aliens invasores asumiendo su rol de agente especial. Ben irá concluyendo distintos niveles, cuyo ritmo viene dado por la aparición de diferentes enemigos y algunas fases de plataformas bastante simples. Incluso tendremos algún enfrentamiento contra algún jefe de final de pantalla. Un concepto ideal para la consola portátil de Nintendo, siempre lista para acoger universos coloristas y cuya pantalla inferior va a servir de “switch” entre los 10 personajes.
Tened en cuenta que un personaje con poca potencia puede ser el mejor para las pantallas de salto. Disponemos de un botón de salto, dos botones de golpeo (puñetazo y patada), uno para cubrirse y otro para lanzar un ataque especial. Cada personaje posee sus propios combos y golpes especiales. Ben debe invocar su capacidad Omnitrix para poder personificar a uno de los extraterrestres, de lo contrario tendría que luchar con armas y cuerpo de un niño de diez años. Al final todo es cuestión de tener una barra de energía como Dios manda, y esta depende del personaje que estemos utilizando. Las armas van desde ataques supersónicos en el espacio hasta el desencadenamiento de un tornado devastador. La capacidad de combos limita también la utilización de los golpes especiales de los distintos protagonistas, como pueden ser un desplazamiento supersónico en el espacio o el desencadenamiento de un tornado devastador. Hay que tener en cuenta la dificultad creciente del cartucho de Nintendo DS. A medida que avanzamos en la historia tendremos la capacidad de lanzar un total de cinco ataques nuevos.
En el fondo como en la forma, Ben 10 es un título basado en una famosa serie de dibujos animados. Hay toda una serie de elementos elegibles y cuyas consecuencias tienen relación directa con el desarrollo del juego. Esto fuerza a cambiar de personajes de manera continuada: en función de los enemigos, de las plataformas y de los obstáculos a superar. Y toda la acción en un medio de unos escenarios coloristas y bien trabajados, aunque bastante repetitivo en términos jugables. Parece que los desarrolladores han conseguido su objetivo, hacer un juego sencillo y muy accesible para los más pequeños de la casa.
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